Esta casa tiene un testigo muy especial de las vidas que han pasado y pasarán por ella: un imponente algarrobo que captó mi atención y me enamoró nada más entrar. Este árbol centenario tiene un hermano algo más joven al otro lado del jardín así que, las historias que se le escapen a uno, las captará el otro. Seguro.
La casa se ha construido con cariño y a conciencia, con materiales nobles y de primerísima calidad, hecha por el propietario para él y su familia, al más puro estilo de Jávea. Para mi es de esas casas en las que, sin duda, me encantaría vivir. Las paredes blancas, la decoración con piedra tosca, la naya orientada al sur, la zona de huerto.... ¡hasta la caseta para los perros tiene encanto!
Además de la vivienda principal, cuenta con una casita de invitados junto a la piscina, perfectamente acondicionada.
Te encantará por: lo cerca que está del pueblo y de todo tipo de servicios y, al mismo tiempo en una zona tranquila y despejada.
A destacar: parcela llana y orientada al sur.
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